A veces parece que todo pierde su sentido. Si me pongo a pensarlo, no entiendo para qué me voy a pasar toda mi vida estudiando para después trabajar en algo que no me guste y resulte tremendamente rutinario. O para convertirme en un manojo de sueños frustrados que piensa más en lo que pudo ser que en lo que es.
Si eso es aceptar responsabilidades y crecer, prefiero seguir a mi aire. Sólo vamos a vivir una vez y el tiempo se escapa entre las manos, por eso me da rabia pensar que malgasto mi tiempo en cosas que no me hacen sentir bien.
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