miércoles, 6 de octubre de 2010

Huesos


Puedo hacerme un experto en usar lágrimas de cocodrilo solo para abrirme paso, puedo decirte las cosas que quieres oir hasta que se me acabe la voz, pero si llego al sitio que yo creo que es mi hogar y me doy cuenta de que ya no pertenezco allí, ¿cuál es el sentido?

Y si encuentro el fin que justifica los medios...¿Podría vivir con ello? Y si es verdad que tener demasiado de cualquier cosa buena sólo puede ser malo...¿cuál es el sentido?

Es como estar sediento en un desierto con una bolsa llena de oro, lo que pensaba que era valioso sólo son piedras. Puede que tenga un tesoro, pero estaré sólo...como un puñado de huesos.

¿Cuál es el beneficio si estoy ganando todo pero a la vez lo estoy perdiendo?

2 comentarios:

  1. ¿Quieres decir que acabas de darte cuenta de que todo -hasta la cosa más maravillosa- tiene un lado malo? Bienvenido, entonces, a la realidad.

    Ahora solo se me ocurre preguntarte: ¿Crees que merece la pena pararse a pensar en el lado malo de las cosas buenas? Yo creo que es mejor dejarse seducir por lo que te haga bien. No digo que dedicarle unos minutos a ese lado menos bueno sea una malísima opción, pero nunca dejes que eso menosprecie a lo que es importante.

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  2. Eso por supuesto, es mejor quedarse con lo bueno y que lo malo no lo empañe. Es sólo que a veces me asusto viendo el materialismo de la gente, su falta de valores y las ganas de hacerse hueco sin importales pisar a todo lo que se ponga en medio.

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