Resaca en el alma

No he bebido, ni siquiera he salido de fiesta este fin de semana. Sin embargo tengo resaca...pero en el alma. Tengo ganas de vomitar por toda esa gente que no te traga y luego te mira con su mayor sonrisa, por todos a los que no les tiembla el pulso a la hora de hacer daño, por todos los que no le dan ningún valor a la amistad pero te dicen lo mucho que te quieren, por aquellos que solo se escuchan a ellos mismos, por los que hablan con el interés y no con el corazón, por todos los que me hicieron creer que la felicidad de 12 años fue mentira, por los que reían en bajo cuando me daba la vuelta, por los que han intentado evitar que sueñe, por los que piensan que no valgo...

Pero en el fondo os doy las gracias...porque me habéis hecho ser más fuerte, y gracias a vosotros sé valorar mejor a los que se lo merecen.

Ser valiente no es cuestión de suerte.

Otro capítulo

Se acabó el verano. Vino tan rápido como se fue, prometiendo ser un verano especial y dejando la sensación de haber sido inolvidable. Y es hora de volver, de empezar un nuevo capítulo de esa nueva etapa que comenzó el año pasado.

Y hoy me vuelvo a sentir nervioso...Pero no de la misma forma que hace un año. No son nervios de timidez, ni de miedo a lo desconocido...Porque ya se a que me enfrento, se que no me voy a encontrar con cien caras extrañas.

Son nervios de llegar y que todo haya cambiado, pero no de la forma deseable. En la mochila van guardadas muchas horas de césped, menos de clase, risas, viajes, alegrías, decepciones, sorpresas...y sobre todo momentos inolvidables. Momentos por los que valía la pena madrugar, que compensaban la hora de trayecto porque sabía que me lo iba a pasar bien.

Seguramente me haya pasado de iluso pensando que eso podría durar mucho tiempo, y quizás por eso me haya llevado mas de una ostia. Y la perspectiva de mañana me asusta, tan sólo me gustaría que todo fuera igual que siempre, pero se que eso no va a ser posible.

Me esperan diferencias irreconciliables y reconciliaciones deseadas (aunque éstas quizás aún tengan que esperar). También reencuentros y algún encontronazo, pero sobre todo un nudo en el pecho que espero que afloje al ver las caras que quiero volver a ver.

Quién sabe...quizás todo esté igual pero distinto. Solo espero que la mochila no me pese demasiado para poder seguir guardando cosas en ella.

Así es

Si los que hablan mal de mi, supiesen en realidad lo que pienso yo de ellos, hablarian aún peor..

Errores

En la vida hay algo seguro: por mucho que te esfuerces, por muy buenas que sean tus intenciones, cometerás errores...harás daño y te lo harán a ti.

A veces pasará de forma voluntaria y otras lo harás sin querer...Puede ser que las situaciones nos vengan grandes o que seamos nosotros los que les demos más importancia de la que tienen.

Lo que debemos hacer es ver nuestros errores, reconocerlos e intentar evitar caer en la misma piedra. Y arrepentirse....pero de verdad.

Porque un “perdón” sincero vale mas que mil excusas que intentan esconder algo....y se nota.

Pero sin perdón las cuentas pendientes no quedan saldadas, las heridas no cicatrizan...y entonces lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.