Un adiós camuflado de hasta luego para suavizar la situación. Caminando en mis pensamientos de hace unos meses, me doy cuenta de que la culpa la tiene la navidad, que tras su falso calor acaba helando todo a su alrededor.
Es lo malo de las despedidas, que no puedes reciclar el tiempo. Que los recuerdos siempre van a estar ahí, a veces para bien, otras para mal, pero la ilusión se va apagando poco a poco.
Otra vez he vuelto a hacer gala de mi mala intuición, pero así es la vida, creer que hay cosas que son inalterables es un gran error.
¿Qué está pasando? Todo cambia demasiado rápido y no logro entenderlo del todo. Hay cuadros a los que el paso del tiempo les hace bonitos, pero a este le están empezando a salir demasiadas grietas.
¿Aires nuevos? No, aires raros.
Jack Johnson estaba equivocado, alguien debería decírselo.
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