viernes, 12 de febrero de 2010


Y aunque he renunciado a muchas cosas por hacer lo que quiero, a pesar de soportar todas las críticas por seguir mis ideales, me he dado cuenta de que estoy perdido. Es posible que esa esencia a la que era fiel contra viento y marea haya perdido hasta el último atisbo de significado.

Rechacé ir por el camino popular porque nunca me han ido los atajos. Pero de tanto salvar obstáculos he tropezado, se ha hecho de noche, la niebla me ha desorientado y la inocencia que me guiaba ha desaparecido sin dejar ni rastro.

Y, muerto de frío, en medio de la nada y entre tanta gente, echo de menos el atajo y pienso que quizás no estaba tan mal. Pero sé que quizás ya es demasiado tarde para cogerlo, y que aunque encuentre el camino que decidí seguir, no se si tendré la fuerza suficiente para seguir levantándome una y otra vez, ya no me sobra la ilusión como antes.

Es posible que, al fin y al cabo, la vida haya dejado huella en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario